La neurología en pequeños animales supone un gran esfuerzo para el profesional veterinario, ya que los pacientes no son capaces de trasmitir verbalmente lo que sienten o donde les molesta.
Nuestra mascota puede sufrir cualquier tipo de patología neurológica, desde extrusiones discales en las que puede dejar de caminar, hasta lesiones intracraneales con peor pronóstico.
En muchas ocasiones, es necesario acudir a un especialista en la materia para poder establecer un correcto diagnóstico y una mejor atención y calidad del servicio prestado. Para poder llegar al diagnóstico definitivo, es necesario establecer un protocolo de acción en consulta que incluya una exploración física general, un examen neurológico completo, un listado de diagnósticos diferenciales (probables) y pruebas complementarias que apoyen el diagnóstico veterinario, ya sean analíticas, radiografías, ecografías, TAC o resonancia magnética.
En el caso de las hernias discales, estas pueden ser de 3 tipos:
* Extrusión discal de disco degenerado (llamadas Hansen I): En este tipo de hernias, el disco intervertebral calcificado, protruye al canal medular y comprime la médula. Suele ser secundario a un movimiento, salto, carrera… Este tipo de hernias requieren intervención quirúrgica.
* Hipertrofia de anillo fibroso intervertebral (llamadas Hansen II): Se
produce por un desgaste crónico por la edad, se produce una compresión lenta y progresiva de la médula espinal. No suele requerir intervención quirúrgica, pero los pacientes se benefician de la rehabilitación y fisioterapia.
* Extrusión discal de disco no degenerado (o de alta velocidad): En este tipo de hernias, secundarias a un impacto elevado, disco se extruye, pero no está degenerado, por lo que suele no requerir intervención quirúrgica pero si largos periodos de rehabilitación y tratamiento médico.
En cuanto a las lesiones intracraneales, requieren especial atención y requieren mayor cantidad de pruebas laboratoriales (analíticas) y pruebas por imagen (radiografías, TAC, Resonancia magnética) para poder discernir que patología puede causar los signos del paciente.
La mascota puede sufrir ataques epilépticos sin causa conocida al igual que las personas, cuyo diagnóstico se alcanza descartando el resto de patologías, También podemos encontrar tromboembolismos o pequeños ictus que causen serias lesiones. Diversas enfermedades sistémicas o infecciosas pueden causarnos signos neurológicos de origen intracraneal. Por otro lado, nuestras mascotas, tampoco están exentas de tumores con peor pronóstico.
Es importante, en caso de padecer problemas neurológicos, grabar la sintomatología en casa y aportarla al veterinario, ya que aportará gran información y permitirá alcanzar lo antes posible el origen neurológico y poder establecer un tratamiento y un pronóstico.
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