SIGNOS CLÍNICOS Y DIAGNÓSTICO
La Leishmania infantum puede afectar además de los perros, en menor medida a los gatos. Es las zonas endémicas, los gatos que presenten un sistema inmunitario deprimido, podrán manifestar la enfermedad.
La tasa de seropositivos en España es muy relativa ya que depende de varios factores:
* Zona geográfica
* Método de diagnóstico
* Punto de corte del Laboratorio
* Hábitat de los gatos
* Estación del año en la que se toman las muestras
Los gatos que viven en zonas endémicas están habitualmente expuestos a ser infectados por el parásito, pero la mayoría viven en el interior, por lo que el riesgo de exposición disminuye considerablemente.
La Lfel es transmitida por el mismo vector que en el perro y el humano (Phlebotomus spp). Según algunos estudios, Gatos positivos a Toxoplasma y FIV positivos, tienen mayor probabilidad de infectarse por L. infantum.
ASPECTOS CLÍNICOS
La Forma cutánea es la más frecuente y debe tenerse en cuenta en los diagnósticos diferenciales de dermatitis nodulares, erosivo-ulcerativas y alopecias. En algunas ocasiones las zonas mucocutáneas pueden estar afectadas.
Otros cuadros cutáneos menos frecuentes incluyen la dermatitis escamosa, dermatitis miliar y dermatitis papular.
La Forma ocular es también muy frecuente, habiéndose descrito blefaritis granulomatosa, conjuntivitis y queratitis, siendo la uveítis monolateral la lesión más frecuente.
Las Formas sistémicas generalizadas es la presentación clínica menos frecuente en los gatos. Los cuadros clínicos se presentan de forma visceral afectando a Bazo, Hígado, Riñones y Linfonodos. Se puede observar linfadenopatía generalizada o regional, apareciendo en un porcentaje elevado de los casos.
DIAGNÓSTICO
Se deben de realizar Pruebas básicas de Laboratorio (hemograma, bioquímica, urianálisis y proteinograma). Además de Citología de las zonas afectadas en busca de amastigotes, Técnicas serológicas o moleculares (IFI, ELISA, PCR) y por último Examen histopatológico.
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
No hay estudios, en la especie Felina, ni sobre cuál es el tratamiento de elección, ni de la vida media, ni de la farmacocinética de los fármacos Alopurinol y n-metil-meglumine. Tampoco se tienen datos de cual puede ser el mejor protocolo terapéutico.
En las publicaciones recientes, los mejores resultados se obtienen administrando Alopurinol hasta la curación clínica. También puede administrarse n-metil-meglumine durante un mes. No se recomienda la combinación de ambos tratamientos por problemas de toxicidad.
El pronóstico es reservado y debe llevarse un riguroso control del animal para valorar la respuesta del sistema inmunitario.
Como medida preventiva, debido a la toxicidad de las permetrinas en los gatos, sólo se puede evitar el contacto de los gatos con el vector.
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