Como evitamos un golpe de calor en nuestra mascota y que tenemos que tener en cuenta.
Con la llegada de las buenas temperaturas a todos normalmente nos suele apetecer salir más a la calle, al parque, al campo… y alargar más el tiempo que dedicamos a los paseos. Si bien es habitual que en esos paseos nos acompañe nuestra mascota, también puede ser que por sus características particulares sean de costumbres más caseras. En cualquier caso, en esta época del año debemos prestar especial atención a aquellos signos de amenaza que si bien pueden aparecer durante todo el año, se hacen más presentes durante esta época del año.
Vamos a enumerar algunos de los más característicos de estas fechas, y que por su manera de manifestarse pueden llamar la atención del propietario, en cuyo caso debería ponerse en contacto con su veterinario para darle solución, aclarar dudas, o bien para adelantarnos a la situación y poder prevenirlos de la mejor manera. Hoy mencionaremos el “golpe de calor”.
Golpes de calor: Mencionándolo de una forma sencilla, diremos que La manera en la que nuestras mascotas regulan su temperatura corporal es diferente a la nuestra. Ellos no pueden sudar como nosotros, por lo que utilizan el jadeo principalmente para eliminar el exceso de calor de su cuerpo. Este mecanismo regulador se ve limitado si la temperatura del aire que respiran es elevada. Esta limitación puede llevar a nuestro perro a una situación muy peligrosa si no se revierte, elevando su temperatura corporal, frecuencia cardíaca y respiratoria, y podría suponer una seria amenaza para su vida por lo que aconsejamos siempre prevenir estas situaciones, y si llega a tener la sospecha de que pudiera estar en esa situación o bien iniciándose, póngase inmediatamente en contacto con su veterinario.
Cuando hablamos de prevenir, deberemos tener especial cuidado al pasear a nuestro perro en las horas de más calor. Es cierto que a menudo no nos queda más remedio que darles ese “paseo de medio día” pero debemos recordar no alargarlo más de lo necesario, así como tener cuidado en trayectos por superficies que irradian calor (asfalto caliente por ejemplo), otras veces un paseo por el campo en un trayecto con ausencia de zonas de sombra junto con las altas temperaturas también suponen un riesgo, o bien recordar el peligro que supone el quedarse en habitáculos con poca ventilación y altas temperaturas como puede ser el coche. Estos son solo unos ejemplos de situaciones cotidianas que nos pueden ayudar a identificar una situación potencial de riesgo. Debemos mencionar que todas las razas son susceptibles de esta amenaza, pero más si cabe las razas llamadas braquicéfalas (“de morro chato”)
Recuerden por último que la mejor manera de ayudarles, es siempre la prevención.
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